Espectaculares callos con tomate con un ligero e irresistible toque picante. Un plato que hay que acompañar con pan para untarlo en su increíble salsa.
Comenzamos los callos con tomate lavando bien la carne, la dejamos escurrir y reservamos.
Por otro lado, ponemos la sartén en la que vamos a preparar los callos con tomate al fuego con un chorro de aceite. Cuando esté caliente echamos la cebolla partida en concassé junto a los ajos pelados bien picaditos y la guindilla. Sofreímos un poco y añadimos los callos troceados, echamos sal y damos unas vueltas hasta que se mezcle todo bien. A continuación vertemos la salsa de tomate y el vino. En el momento que empiece a cocer agregamos un poco de pimienta, otro poquito de pimentón y orégano. Dejamos cocer a fuego lento durante aproximadamente una hora, hasta que veamos que la carne está tierna.
Después, los callos con tomate estarán listos para servir (aunque estarán aún mejores si los dejamos para el día siguiente).
Foto orientativa: goodiesfirst
Antes de que llegue el calor, estos riquísimos callos gallegos un poco picantes para tomar con cerveza bien fría, son una excelente idea. ¡No os lo perdáis!
Juntando culturas podemos elaborar unos exquisitos callos de ternera acompañados de una suave y apetitosa salsa japonesa. Su resultado: espectacular.
Acompaña unos callos de ternera de morro, morcilla, chorizo, pimentón, ajo, y un toque de guindilla, y podrás hablar de verdaderos callos a la madrileña.
Un plato contundente y sabroso como los callos a la andaluza, es capaz de levantar el ánimo hasta al más decaído. Un cocido con todo lo que se espera de él.
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